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Foto del escritorJulian Garces Ocoro

Efemérides y avistamientos, entre otros cinéticos y sonoros pretextos y convicciones de la vida.


Hace un par de días, mi día de la danza estuvo muy movido. Luego de dos años trastocados por una pandemia, volví a compartirla como docente, con estudiantes en el salón de clase de la ASAB del Proyecto Curricular Arte Danzario. Por cierto, y a propósito de la danza y el salón de clase, donde se cultuiva el ser danzario, artesano del movimiento que siembra sus raíces en estos dominios y terrenos de la danza, el 29, también fue día del árbol.


El anterior semestre ya había recuperado la vitalidad de lo tangible de vivir el cuerpo físico en creación, con el montaje de grado "La comunidad de las libres", de la distri, que en estos meses estará en circulación (se reciben propuestas para ir a la escena). // Esta semana –feliz en movimiento– también viví la potencia de la vida universitaria, esa particular y compartida predilección de la existencia al mejor estilo de Shiva, Hathor, Terpsicore, Ame-no-Uzume, Macuilxóchitl, Lugh, Hiʻiaka, Shangó o Lasya; en el contexto del programa de la Licenciatura en Danza de la Universidad del Valle.


Llegué tarde a esta manifestación pública anual, un día después del día del jazz, donde compartí en ensayo con Jackson Ensamble, con quien próximamente musicaré junto a un puñado de artistas hijos de Euterpe, en uno de los más emblemáticos, íntimos y queridos teatros de la capital. Esta foto que hoy publico para unirme a éste sentipensamiento global, ya es hábito, la tomé de un video que revisaba por otros motivos y que detala la traducción de mis declaraciones en su momento. Esta efeméride ya es costumbre, práctica de consciente de una predilección, seleccionada por convicción más moda o casualidad, Claro, una serie de astros, seres y divinidades más bien terrenales, se alinearon en mi firmamento sirviendo de digna referencia para una posible vida.


Mi cavilar cinético, esta vez, no es un vídeo o foto bailando, pero lo viví en su esencia misma sin necesidad de publicaciones de captura de cada micronano segundo de la vida. También es bueno dejar los recuerdos en el cuerpo, allí, secretos, sin perseguir –o seguir– ninguna tendencia que por cierto no somos –lo digo por mi caso particular–. Habitar la quietud y pensarse desde ella, también es fundamental. Regresar la mirada y verse a sí mismo, ver lo bailado, o mejor recordarlo. Ponerse en retrospectiva para catapultarse sereno, y como leíamos por aquellos tiempos de la HYBRIS –de nuestros intuitivos pulsosvitales– por allá en el 2013, junto a otros y otras maravillosas cómplices de mi admiración, tomar inspiración de las imágenes y palabras del caminante, fotógrafo y docente Andres Hurtado Garcia, que antaño me compartiera un estimado colega del camino, y que ahora vienen como anillo al dedo:


“…inventar caminos; soñar inmensidades, avistar y ganar lejanos horizontes; huir del destino de los sedentarios, amar por encima de todo la suprema libertad de los nómadas… ¡He aquí la vida!”.


Bogotá, Colombia

Mayo 1, 2022



PULSOSVITALES obra HYBRIS Proceso de creación behind the scenes subtitled

https://youtu.be/n7aqSDgQyJI


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